Estos berberechos, siempre vivos y frescos, provienen del los excepcionales arenales de la Ría de Noya, donde son recogidos en bajamar por unas fantásticas mariscadoras, lo que asegura su finísimo sabor, su textura y su altísima calidad.
Se desarenan de forma natural en agua marina y se seleccionan, uno a uno y a mano, para clasificarlos en dos ediciones (calibre 25/28 y calibre 30/31)
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